El dia que Orson Welles cambió el cine para siempre

Todos han oído del escándalo que se desató en EE.UU. el 30 de octubre de 1938 durante una transmisión radiofónica en la que la tierra supuestamente estaba siendo atacada por extraterrestres. Claro que no era más que un radioteatro basado en la novela La guerra de los mundos de H.G. Wells, pero al relatar los hechos en forma de noticiario, el pánico azotó las calles norteamericanas: la gente se encerraba en los sótanos, cogía sus armas y hasta dicen que algunos se suicidaron, pero claro, el tiempo siempre se encarga de exagerar los hechos para convertirlos en leyenda.

Lo cierto es que el joven Orson Welles, responsable de dicha trasmisión, provocó una histeria colectiva, pues los oyentes que no habían escuchado la introducción del programa pensaron que se trataba de una emisión real. La comisaría de policía y las redacciones de noticias estaban bloqueadas por las llamadas de oyentes aterrorizados y desesperados que intentaban protegerse de los ficticios ataques de los marcianos.

Finalmente, y luego de demostrar que no era más que pura ficción, el propio Welles tuvo que ofrecer disculpas públicamente.

Orson Welles

Este hecho quedó en la historia de la radiofonía, patentando el poder de los medios de comunicación en la sociedad moderna, y sirvió para catapultar a Welles a la fama, quien al año siguiente fue contratado por la RKO Pictures con plena libertad para escribir, producir y dirigir dos películas. Con tan sólo un cuarto de siglo de edad, Welles reafirmaría su carácter legendario con la realización de la que es considerada la mejor película de la historia del cine: Ciudadano Kane (Citizen Kane).

La película –escrita, dirigida y protagonizada por el propio Welles, Joseph Cotten y Dorothy Comingore– cuenta la vida de un importante financiero estadounidense llamado Charles Foster Kane, dueño de una cadena de periódicos, de una red de emisoras, de dos sindicatos y de una inimaginable colección de obras de arte, que muere en su fabulosa mansión pronunciando como última palabra: “Rosebud”. El país entero y la prensa en general quedan intrigados por saber el significado de ésta y para descubrirlo, un grupo de periodistas comienza a investigar, recolectando testimonios de quienes fueron cercanos a Kane.

Citizen Kane

Si bien la película no es más que una irónica biografía de William Hearst (magnate de la prensa en aquel entonces), Welles marcó el camino para una estética fílmica distinta a lo que se había realizado hasta entonces. Su magistral uso de la denominado “profundidad de campo” permitía que las imágenes situadas en planos diversos puedan estar todas perfectamente enfocadas, creando una ilusión de perspectiva. Esto marcó un antes y un después, así como el juego de iluminación y del “plano secuencia”, que consiste –como lo dice la palabra- en una secuencia que se rueda en un solo plano, en una única toma y que conserva las unidades espaciales y temporales, extendiendo la acción y brindándole mayor importancia a lo que está fuera de plano.

Debido a las “similitudes” con la vida del poderoso Hearst (en principio, la victima iba a ser Howard Hughes), éste intentó prohibir la proyección de Ciudadano Kane, pero se estrenó en 1941 con gran éxito de crítica, aunque no de taquilla, debido a las trabas que tuvo en la distribución, promovidas por Hearst.

Citizen Kane

El significado de la palabra “Rosebud”, la cual es el motor de toda la historia, no es descubierta sino sólo por los espectadores al final de la película (no voy a revelar el misterio por respeto a aquellos que aún no la vieron). Esto también fue lo que escandalizó a Hearts, pues al parecer, Rosebud no es sólo el nombre de una de las reservas de los pueblos sioux, sino también el nombre que Hearts le daba a las partes íntimas de su amante, la actriz Marion Davies. Otra engorrosa leyenda en la historia del cine cuenta que en una fiesta privada en su yate, Hearts encontró a su amada Marion besándose con Charles Chaplin, al cual le intentó disparar con un revolver y, por error, mató al productor, director y guionista Thomas Ince. Este hecho es narrado en la película titulada El maullido del gato (The Cat’s Meow, 2002) de Peter Bogdanovich.

Finalmente, podría continuar comentando grandes obras de Welles donde despliega todos sus talentos de guionista y director, como El cuarto mandamiento (The Magnificent Ambersons, 1942), basado en la novela de Booth Tarkington; o La dama de Shanghai (The lady from Shanghai, 1948), pero ello equivaldría a eternizar este artículo. Por lo tanto, me limitaré a comentar que en octubre de 1985 Welles murió de un ataque cardíaco mientras trabajaba en unas escenas que serían presentadas el día de su imprevista muerte en la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles). Sus cenizas están enterradas, por expreso pedido suyo, en una hacienda en Ronda, provincia de Málaga (sur de España), donde pasó un verano cuando tenía dieciocho años.

Nota: la película RKO 281. La batalla por «Ciudadano Kane», dirigida por Benjamín Ross y protagonizada por Liev Schreiber, Melanie Griffith, John Malkovich y James Cromwell, cuenta la batalla entre Welles y Hearts sobre la realización de la cuestionada película.

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