Bad Lieutenant de Abel Ferrara

Bad Lieutenat (1992) es un auténtico tour de force, en el que Abel Ferrara se dedica a explorar los límites de nuestra moralidad y los infinitos alcances de la eticidad del ser humano. Es una obra acerada, severa que no da respiro al espectador en su insistencia temática. Bad Lieutenant puede gustar o repeler, pero a nadie dejar indiferente, y eso para Ferrara, quizá sea lo más importante. Mucho y muy recomendable y para estómagos fuertes.

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ARGUMENTO

Un teniente policiaco (Harvey Keitel) se dedica cotidianamente a resolver casos de homicidio, sin embargo, su interés particular consiste en internarse cada vez más en la senda del vicio y la vileza. Apostando clandestinamente se ha metido en un gran embrollo, y buscando salir del percance se endeuda aún más. Las contrapartes de sus apuestas se incordian ya por la demora de su pago. El teniente entonces se evade en la droga, el alcohol y la práctica de impunidades. Y a la vez que investiga el abuso sexual sobre de una joven monja, que se opone a levantar cargo alguno, el total modo de su vivir se verá alterado al límite, por la ruta de sus tortuosas pesquisas.

POR QUE VERLA

Sin duda por tener aquí de golpe, para nuestra fortuna cinéfaga, una de las mejores obras de Abel Ferrara, y probablemente la mejor interpretación, así intensa y áspera, del enorme Harvey Keitel.

Destacar una escena sobre las demás:

Las difíciles-de-ver ocasiones de vicio del Teniente, entre ellas un patético e inverosímil desnudo.

La humillante y perversa vejación sicológica a un par de chicas adolescentes por parte del mal Teniente.

La-digna –de- Dostoyevsky escena del atormentado antihéroe en una Iglesia, por causa de las visiones que sufre allí.

Bad Lieutenant: la dolorosa ruta de la redención

¿Habrá alguna sima límite en la existencia de un hombre, de la cual sea ya imposible emerger y de tal suerte condenar su existencia entera a la corrupción más insalvable?

Para Abel Ferrara esta pregunta podría ser reformulada, y en su dura cinta Bad Lieutenant nos propone quizá entenderla de la siguiente manera: ¿cuál sería la posibilidad más inaudita en la que un alma pueda ser capaz de sacrificarse por otros, aún teniendo que sufrir la polución más radical de su esencia, como un medio para efectuar tal salvación?

El teniente corrupto (Harvey Keitel, impactante) se adentra a todos los umbrales del vicio, la depravación y la desfachatez, pero en cuanto se involucra en el caso de una monja ultrajada, cuando intenta comprender la capacidad de piedad que puede mostrar esta mujer, ese ser humano como él mismo, su integridad personal, los soportes de su muy personal perspectiva del mundo se tambalean , y las coordenadas de su vida entera se trastocan: no busca vengar a la mujer, no intenta cambiar su modo particular de vida, lo único que es capaz de lograr, es asumir sus propias circunstancias, con todas sus tinieblas, sus limitaciones, y reinterpretarse a sí como un vehículo de salvación para otros. Un puente.

Entonces posiblemente Abel Ferrara nos quiera expresar, muy a su modo, siempre corrosivo y sin concesiones, que la separación entre el bien y el mal absolutos es muy difusa, y por lo tanto quizá, hasta muy poco relevante. Porque entonces apuntaría, aludiría, a que algo silencioso pero eterno, sobrepasa, supera tal binomio meramente mundano (siempre y sólo, verbal) y que su única manifestación concreta y fehaciente es la indescriptible sensación de alivio interior, de poder ser en la luz de vida del otro, aún a costa de todas las oscuridades que nos condenen y forjen hasta el último aliento.

Parafraseando al Eclesiastés:

(En sus palabras), los hombres van y vienen, pero la vida permanece (en sus silencios).

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Ficha Técnica

Título original: Bad Lieutenant

Año: 1992

País: USA

Director: Abel Ferrara

Reparto: Harvey Keitel, Victor Argo, Paul Calderon

Duración: 92 minutos

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