SE7EN: el desafio de la esfinge

Se7en (1995) de David Fincher es un thriller policíaco formidable, una cinta sui generis que aterra y fascina a la vez. Milton, Dante, Sófocles,Hitchcock, Sartre, Hemingway, Bach… increíblemente se dan cita en Se7en en explosiva conjunción. La manufactura de este título es impecable, desde su trepidante dirección hasta la banda sonora del gran Howard Shore; de la inspirada escritura de Andrew Kevin Walker a la perfecta fotografía de Darius Khondji… Se7en (Seven) es una experiencia cinemática imprescindible y emocionante al límite, que te atrapará por completo y te hará pensar.

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POR QUE VERLA

En esta película además se nos brindará el potencial de varios creativos armonizados de una inusual manera. David Fincher, que desde la infravalorada injustamente Alien 3 (1992) daba ya muestras de su capacidad impresionante de imprimir ritmo en las escenas, luce aquí todas sus facultades con energía y habilidad. Sólo en la posterior Zodiac (2007) –sin olvidar El club de la pelea (1999)- encontraremos una realización suya de estos niveles.

Brad Pitt nos brinda aquí una de las tres mejores interpretaciones de su carrera (lejos de su necia tendencia a la ñoña figura de golden boy) sólo superior a este trabajo suyo, el desarrollado en 12 Monos(1995) de Terry Gilliam y en la reciente Babel(2006) del admirable Alejandro González Iñárritu. Un Morgan Freeman como siempre estupendo, y más desde Los Imperdonables (1992) de Clint Eastwood.

Y finalmente una de las tres mejores creaciones del intermitente Kevin Spacey, realmente memorable en Se7en (Seven)– las otras las hallaremos en Los sospechosos comunes (1995) y en Belleza americana (1999). Gwyneth Paltrow más preciosa que nunca, y con destellos de lo que vendría tan gratamente en Shakespeare apasionado (1999).

EL ARGUMENTO

En una ciudad no específica, húmeda, gris y decadente. Dos detectives: uno veterano y ya casi al punto del retiro, William Somersert (Morgan Freeman), y otro principiante, su compañero, el impetuoso David Hills (Brad Pitt), van tras la captura de un asesino serial refinado y enigmático, que representa con sus víctimas las nociones de los siete pecados capitales en brutales estampas y trampas, que obligará a los dos policías a esforzarse al límite por atraparle.

El Desafío de la Esfinge

«Quien intenta interpretar el mundo como un enigma se mueve por un instinto serio, férreo, profundo, violento, casi con el presentimiento de que en el fondo de las cosas hay un hilo conductor, descubierto el cual será posible trazar el plan para salir del laberinto de la vida y, además, por un instinto lúdico, leve, ávido de imprevistos, con la ebriedad de quien aparta con meditada calma los velos de lo desconocido.
¿Finalmente tan sólo queda la risa?

Sí, pero la risa es un espasmo expresivo. Los dados ya han sido tirados y todavía giran: sin embargo, cuando se detengan, mostrarán algo que no es un juego.

Giorgio Colli»

Piénsese en Edipo, aquel heredero perdido de Tebas criado en la ciudad de Corinto, que habiendo sido advertido por un oráculo del mal que podría causar a sus padres con su presencia, se alejó de sus supuestos progenitores sin saber que eran adoptivos, sólo para encontrarse en ocasión infausta en una encrucijada del camino con su auténtico padre, Layo, a quién abatió sin piedad. Luego arriba a la ciudad Tebana, la cual es asediada sin tregua por la pavorosa Esfinge.

Edipo se enfrenta entonces a la infernal criatura y resuelve su capcioso acertijo, orillando a la bestia a arrojarse por la cólera de su derrota a los peñascos mortales. Luego en recompensa le otorgan la mano de la reina Yocasta. Posteriormente, ante sequías y calamidades varias que acometen a la urbe, Edipo se ve obligado a descubrir por cuenta propia la causa de la maldición: poco a poco y de una manera detectivesca Edipo va averiguando quien es el culpable de todos los males de la comunidad. Aguijoneado por el ciego adivino, el viejo Tiresias, finalmente resuelve el misterio.

Él es el culpable de todo: ha asesinado a su padre verdadero y se ha unido antinaturalmente con su propia madre. La venganza última de la Esfinge se ha concretado, el destino perverso jugó a su favor. Edipo apesadumbrado se arranca los ojos y parte al exilio.

Este es el mito más significativo para la civilización humana, y hay estudiosos que afirman que luego de Sófocles, de su particular versión de Edipo, estructurada con ática perfección, pocas oportunidades son posibles ya, de expresar de un modo diferente el profundo significado que este relato cobra para nuestra psique, y más a partir de Freud.

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Y sin embargo un artista como David Fincher, en Se7en, ha sido capaz de elaborar una versión muy particular de este mito tan relevante; ha mostrado el talento preciso y la intuición necesaria para trasponer y derivar cada elemento del mítico relato a un ambiente contemporáneo tan húmedo, sombrío y ácido, que lacera verdaderamente en el reconocimiento angustioso de nuestra propia actualidad.

Verdaderamente como Philip K Dick intuiría, el discurso del dios nos aparenta sin más, nos hace emerger dolorosamente; existe una veta de irracionalidad en el corazón del mundo.

Cómo no ver en el joven y tenaz Detective David Mills (Brad Pitt) a un trasunto del héroe trágico Edipo, que como bien ha explicado el ameno e instructivo profesor Carlos García Gual, asimila en su indagación cuasi-policial todos los papeles básicos del género: es el detective, el juez, el verdugo y en cierta manera mucho muy irónica y amarga, el propio criminal. De la misma manera Mills asume involuntariamente todos estos roles, siguiendo el siniestro plan de John Doe (Kevin Spacey) en su inédito y salvaje afán por purificar el mundo, asentando un apocalíptico precedente. John Doe es aquí la esfinge astuta que da cause al enigmático discurso que proviene de las secretas raíces del mundo, de un mundo humano arrojado al desamparo de un misterio inexpresable. Los asesinatos del criminal-esfinge John Doe configuran un brutal acertijo, un lúdico y mortal ejercicio de trascendencia inaudita, puesto que en su resolución se juega el propio destino del ser, en cuanto que ser-vivido-desde lo humano y se juega también además, el sentido de los profundos silencios que lo fundamentan.

El viejo detective William Somerset (Morgan Freeman) compañero de Mills es casi como un nuevo adivino Tiresias, un auténtico sabio aciago y lleno de fatiga, que paradójicamente en la visión contemporánea de Edipo, Se7en de David Fincher se transforma paradójicamente al final, en el único portador de la esperanza postrera y desesperada del hombre y su posibilidad: simbolizada en la dulzura sacrificada de la hermosa Tracy Mills (Gwyneth Paltrow) y su hijo perdido- apenas concebible en medio del caos de la Dite dantesca que lo envuelve por entero. De nuevo irónicamente, es gracias al hecho de haber seguido minuciosamente cada etapa, cada terrorífica etapa, de la iniciática ruta recorrida por Mills gracias a Doe que el derrotado Somerset decide reintegrarse a la lucha del/por vivir.

Tras el devastador desenlace de la trama, hay que reconocer en Mills, como en Edipo de Sófocles, una cierta nobleza de talante, muy helénica, puesto que por su afán de alcanzar la verdad absoluta del Todo, a costa de todo, se encamina sin titubeos al precipicio de la máxima catástrofe.

Se7en (Seven) es por encima de todo, un duro y escabroso ascenso, es cómo trepar por una montaña concebida por Kaspar David Friedrich, y habitada por criaturas de los caprichos de Goya. Pero al alcanzar la cumbre, al sobrevivir a ella, obtenemos como premio sentir en el rostro un Air (Bach) de esperanza, que hace de todo espectador suyo, un buscador de la verdad y de la sabiduría, que aún siendo trágica, por lo menos perdura hasta el próximo ascenso, así como el valioso recuerdo de la suave ilusión de sentirse humano.

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CURIOSIDADES DE LA PELÍCULA

1.- La película se filmaría en el punto más intenso del romance entre Brad Pitt y Gwyneth Paltrow, lamentablemente la pareja se separó poco después y el actor se casó posteriormente con la actriz Jennifer Aniston.

2.- A partir de planteamientos de Se7en y de la magnífica El silencio de los inocentes (1991), el creador de los X-files, Chris Carter realizará la monumental y ultra oscura serie televisiva Millennium (1996-1999) protagonizada por el sólido actor Lance Henriksen.

FICHA TÉCNICA

Dirección David Fincher

Producción David Fincher

Guión Andrew Kevin Walker

Música Howard Shore

Reparto

Brad Pitt
Morgan Freeman
Gwyneth Paltrow
Kevin Spacey

Estados Unidos Año 1995 Género Thriller Duración 127 minutos

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2 comentarios

  1. DinaBellrham dice:

    Ademir, vaya que eres bueno con esto del cine, he aprendido.

    Un beso

  2. Gracias hermanita, otro beso para ti

    Ademir

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