Feliz Navidad: cine hecho a muchas manos

Feliz Navidad es una coproducción de 2005 de varios países europeos que tiene como principal mérito el hecho de recordar unos acontecimientos que hermanaron a esos mismos países en la primera Navidad de la I Guerra Mundial. Feliz Navidad cuenta con las presencias destacables, por muy diferentes motivos, de Diane Kruger y Gary Lewis.

Feliz Navidad

En la primera Navidad de 1914 se establece en el norte de Francia la guerra de trincheras entre los aliados y los alemanes que luchan en la I Guerra Mundial. Sorprendentemente, los dos bandos confraternizan y logran pasar juntos la mejor Nochebuena de sus vidas, aunque cuando los mandos se enteran todos serán deportados a los frentes más sangrientos, donde caerán como chinches.

Basada en hechos verídicos, la primera escena de la película es para mí la mejor. Ahí vemos cómo uno de los hermanos protagonistas entra en la iglesia en silencio, toca las campanas, y lleno de alegría dice “ha estallado la guerra, ¡por fin nos pasa algo en la vida!” notificando a su hermano que en dos días estarán en los campos de instrucción de Glasgow. Esa frase es la frase que marca el tono de toda la película y hace referencia a la inocencia de no saber a qué mundo cruel se dirigían.

En la misma escena aparece por primera vez el personaje del cura que también irá a las trincheras, Gary Lewis, la mejor actuación de toda la película que desgraciadamente se verá mermada al no encontrar apoyos actorales en otros personajes, que no tienen relieve ni profundidad y por lo tanto no se nos permite conocer casi nada de su verdadera personalidad.

Es lo que le pasa a estas películas con muchas cabezas, muchas manos en el mismo guión, que con una historia de base tan bonita y tan real al final se quede en una película sin alma, y que nada te parezca creíble, aunque hay unas cuantas frases del guión que sí merecen la pena. Cuando el personaje de Diane Kruger muestra sus deseos de ir al frente sólo para ver a su amado (un frío Benno Fürmann con el que no hay ninguna química cinematográfica), un general le pregunta: Señorita, para qué quiere ir a verle, sólo es una noche. Y entonces ella le contesta: es más que una noche, nuestros minutos son más largos que los suyos.

La presencia de Diane Kruger interpretando a una cantante de ópera que se desplaza al frente (el único personaje imaginario de toda la película) añade sin duda atractivo comercial a la cinta, porque indudablemente la Kruger es muy bella y su belleza hierática refulge sobre los campos nevados de las trincheras. El personaje resulta muy poco creíble en un mundo de hombres, aunque bien es sabido que una película de guerra sin una sola mujer es absolutamente inaguantable.

Diane, conocida como la “reina de la alfombra roja” (yo también pienso que es una de las más elegantes) es una modelo metida a actriz que sin embargo ha sabido tomar buenas decisiones sobre en qué películas participar. Ella dice que cuenta con más recursos interpretativos, como si eso fuera tan fácil como ir a la tienda y comprar una buena bolsa de recursos. Y aunque muchos la intentan convertir en una actriz de culto, hay algo básico de ella que no conecta con el espectador, algo básico y profundo que no está ahí sencillamente. Pero los recursos siempre pueden ayudar a ser correcta, creo que no se le puede pedir más.

Ficha técnica:

Dirección y guión: Christian Carion
Intérpretes: Diane Kruger, Benno Fürmann, Guillaume Canet, Daniel Brühl, Gary Lewis, Dany Boon, Steven Robertson, Lucas Belvaux
Duración: 115 minutos
Género: Drama
Año: 2005
País: Francia, Rumanía, Alemania, Bélgica, Gran Bretaña

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