Perdición, de Billy Wilder
Si no fuera porque en las islas desiertas no hay electricidad, esta sería una de las películas que me llevaría allí. Da igual las veces que la vea y que el final ya no tenga ya nada de sorprendente. Un mes sin visionar de nuevo Perdición es un mes perdido, y no digamos ya una vida. Cuando las cosas van mal y los problemas se acumulan, solo tengo que pararme un momento y pensar: “¡Eh!, ¡que yo me sé Perdición de memoria!” para que todo cobre sentido otra vez.
Y no es porque a Walter Neff (Fred MacMurray), el funesto protagonista de la historia casi todo le salga mal, o porque yo tenga la suerte de que ninguna femme fatale del tipo de Pyllis Dietrichson (Barbara Stanwyck) se haya cruzado en mi camino. Lo hago siguiendo la razón fundamental por la que se inventó el cine: para hacernos la vida un poco más llevadera. Perdición es Cine con mayúsculas y posee toda la esencia genuina del mejor Séptimo Arte.
Billy Wilder decía que, sin querer, había inventado el cine negro con este film. La humildad nunca fue una de las virtudes de Wilder (ni falta que hacía) y no voy a ser yo quien le lleve la contraria. Muchos otros creen que el film noir comenzó de la mano de John Huston en 1941 con El Halcón Maltés, aunque la verdad, poco importa. Etiquetar obras de este calibre solo sirve para perder un tiempo precioso que podemos utilizar en asuntos más importantes: ¿Le quedaba bien a Barbara Stanwyck el pelucón que le hicieron ponerse? ¿Fue un acierto para realzar su personalidad rastrera o es demasiado exagerada? ¿Desde cuándo las puertas de los apartamentos se abren hacia fuera? ¿Habéis sentido alguna vez en el estómago los mismos “enanitos” que avisan al jefe de Neff que algo no marcha bien? Éstas y muchas otras preguntas relacionadas con Perdición sí son cuestiones existenciales que merecen una seria reflexión.
Como decía antes, Walter Neff es un hombre sin suerte. Agente de seguros de profesión, realiza una visita a la casa de un cliente. El señor Dietrichson no puede atenderle y en su lugar aparece su mujer, cuyos sensuales tobillos vemos bajando lentamente una escalera. Repasemos las premisas que se nos presentan: mujer joven, atractiva y sin escrúpulos. Marido de avanzada edad. Agente de seguros soltero y con poca resistencia hacia el sexo femenino. Sumemos a Barton Keyes (Edward G. Robinson), perro viejo a la hora de detectar intentos de fraude para cobrar indemnizaciones. Y si resulta que la póliza tiene una cláusula por la cual la indemnización es doble (de ahí el título original, Double Indemnity) cuando la muerte del titular es causada por un suicidio…
No sé vosotros, pero yo tengo mi edición especial de Perdición dentro del DVD. Walter, Phyllis, Barton, ¡allá voy!
Ficha técnica de Perdición
- Título original: Double Indemnity
- País: Estados Unidos
- Año: 1944
- Director: Billy Wilder
- Guión: James M. Cain (novela), Billy Wilder y Raymond Chandler
- Música: Miklós Rózsa
- Reparto: Fred MacMurray, Barbara Stanwyck, Edward G. Robinson, Porter Hall, Jean Heather
- Duración: 107 minutos