Algo más sobre la próxima The Road
Cada vez va más adelantada, la adaptación fílmica de la novela de Cormac McCarthy, “The Road” que como aquí se adelantó será dirigida por el australiano John Hillcoat y protagonizada por el excelente Viggo Mortensen, además de contar con la participación de la brillante y bella Charlize Theron, el niño Kodi Smit-McPhee, Guy Pearce, y muy posiblemente la del experimentado Robert Duvall.
Esta obra promete y mucho, por la calidad indiscutida del escritor Cormac McCarthy, baste pensar en la galardonada No Country for Old Men (2007), y en la futura aparición de Blood Meridian (2009), ambas basadas en sendas exitosas novelas suyas.
Este huraño y esquivo autor es uno de los autores más importantes de la actualidad, ha sido comparado a gigantes literarios de la talla de Faulkner o Hemingway. Su estilo es parco, duro, descriptivo; no se contiene a la hora de expresar pasajes de sordidez extrema; y aunado a esto logra memorables momentos de lirismo profundo, que apuntan al corazón del hombre y su agonía por la muerte, su hambre de trascendencia.
Baste acotar que la novela “The Road” le hizo acreedor a Cormac McCarthy al prestigiado premio Pulitzer en 2007, y que intelectuales de la talla de Javier Marías lo han propuesto como digno candidato al premio Nobel de Literatura. En “The Road” seguramente (esperamos) se darán cita las cualidades estupendas y admirables que logran hacer de esta historia una auténtica obra maestra: la peregrinación por hambre y frío, auténtico viaje de iniciación, que tiene que realizar un Padre con su Hijo a través de una Norteamérica postapocalíptica.
De hecho en la novela los personajes se nos presentan sin nombre alguno, y las razones de la horrible devastación nunca son explicadas a ciencia cierta. Esto es un gran acierto por parte de McCarthy, de acuerdo a lo sufrido y vivenciado por los dos viajeros: la triste contemplación, el internarse en ese dantesco nuevo mundo, las abominables hordas de neo bárbaros antropófagos que los acechan a cada momento, las víctimas de los saqueos, el miedo, la soledad, el desamparo; todo apunta a que McCarthy buscó las alturas de lo arquetípico en su trama, como si este apocalípsis tan singular y perfectamente trabajado, tuviera a la vez el germen de un cruel génesis.
Es extremadamente difícil de seguir a veces, en la lectura, la ruta de las penurias de estos nobles personajes vacilantes, que en su tierna unión filial, conmueven hasta el alma ante las duras pruebas a que se ven sometidos. Será un gran reto para John Hillcoat y su equipo, el traspasar a la pantalla sin demasiadas alteraciones, esta obra de arte contundente y honesto. Porque en última instancia de eso se trata el vivir, luchar por ser humanos, en un mundo totalmente bestial, o acaso perder hasta eso, y perdernos sin eso.
He aquí un fragmento de la famosa novela «The Road» (Mondadori, 2007), que ya transformada en cinta, sin duda generará muchas opiniones y lecturas diversas: hará pensar, reflexionar y acaso re-valorar, el mundo que tenemos en el Otro, en ese ser que depende de nosotros a cada momento, reflejo de nuestra propia conciencia menesterosa de inocencia y pureza, a fin de que ese mundo, el de todos, sea mi mundo por todos.
“Escarbaron en las ruinas calcinadas de casas en las que antes no habrían entrado. Un cadáver flotando en el agua negra de un sótano entre desperdicios y cañerías herrumbrosas… el frío y despiadado girar de la tierra intestada. Oscuridad implacable. Los perros ciegos del sol en su carrera. El aplastante vacío negro del universo. Y en alguna parte dos animales perseguidos temblando como zorros escondidos en su madriguera. Tiempo prestado y mundo prestado y ojos prestados con que llorarlo.”