Las primeras películas de terror
Seguramente todos hemos visto alguna película que nos haya puesto los pelos de punta, o en el peor de los casos, nos hiciera dormir varias noches con la luz encendida. Curiosamente, la primera película de terror que se hizo no incluía sangre ni monstruos, se trata de La llegada del tren a la ciudad (1896) donde se veía como un tren avanzaba hacia la cámara, provocando el miedo de los inexpertos espectadores que pensaban que serían arrollados por la locomotora. Los hermanos Lumière, creadores de esta pequeña joya, iniciaron (entre otras muchas cosas) la imparable carrera de un género que se ha ido reinventando a sí mismo.
Años después (en 1910) llegaría la primera adaptación al cine de la obra de Mary Shelley Frankenstein y fue tal su éxito que pronto le siguieron otras como El Golem (1915), la tétrica Nosferatu (basada en el personaje de Drácula), la gótica El Jorobado de Notre Dame (1923) o El fantasma de la ópera con Lon Chaney (1925).
Ya en los años 30, empezamos a ver algunas películas terror con mejores efectos especiales y maquillajes. Tod Browning dirigió Drácula en 1931 y La parada de los monstruos en 1932, aunque ésta última no precisaba de efectos especiales ni maquillajes ya que sus protagonistas fueron personas con defectos físicos reales, hecho que la hizo más inquietante y a la vez, solidaria en su mensaje de no discriminar por el aspecto físico. Las primeras versiones de La momia, El Dr Jekyll y Mr Hide, Los crímenes del museo de cera y King Kong (originalmente sólo Kong) también son de ésta década.
En los años 40 llegarían otros seres a aterrorizar al público como El hombre lobo (1941), La mujer pantera (1942) o Ladrones de cadáveres (1949) y llegados a los años 50, la productora Hammer comenzaría su andadura de 30 años, produciendo algunas de las mejores películas del género, entre adaptaciones de las novelas de Edgar Allan Poe (como El pozo y el péndulo, Entierro prematuro o La caída de la casa Usher) y remakes de Drácula, Frankenstein y La momia. Aun hoy en día, la Hammer es todo un icono para los amantes del género.
A pesar de que en nuestros días, con la llegada de la tecnología 3D y la impresionante mejora de los efectos de maquillaje, se producen muchas películas dvd de terror, descuidan algo que las antiguas producciones mimaban mucho: el argumento. A título personal, creo que cualquier película de la Hammer seguirá siendo capaz de asustar a las futuras generaciones de amantes del terror, tanto o más que sus producciones contemporáneas.