Mad Max, Anécdotas de un rodaje
Es casi seguro que el lector habrá visto sino toda la trilogía por lo menos alguna de las películas de Mad Max, la legendaria epopeya de un policía futurista en un mundo desertizado. Al margen de ser la cinta que catapultó a la fama a un joven Mel Gibson la película tiene algunas anécdotas interesantes de recordar:
Seguramente la más conocida es la negativa del protagonista a utilizar un doble en las escenas de riesgo, y riesgo había… Por si alguien no ha visto la película señalaremos simplemente que al final del rodaje había 14 vehículos totalmente destruidos. Se dice que la obsesión del director George Miller venía del simple hecho de que era médico y no paraba de atender a pacientes víctimas de accidentes de tráfico.
Otra curiosidad de esta película está en las condiciones de rodaje. Y es que, a pesar de acabar recaudando cien millones de dólares, lo cierto es que la cinta era un proyecto barato, solo costaba 350.000 (imaginamos que la mayoría para pagar los coches arruinados) tanto era el espíritu de ahorro que la pandilla de motoristas no está interpretada por actores: Son una verdadera pandilla de motoristas.
Esto dejará una incongruencia muy curiosa si uno se pone a ver la segunda parte (Mad Max 2) y es que, con solo fijarse verá uno que los pandilleros en una y otra película no tienen nada que ver, ya que en la segunda lucen un aspecto mucho más futurista y terrorífico. El desierto australiano tampoco parece un plató demasiado caro. Y, sin embargo, tanto en la primera como en la segunda cinta no hay ningún efecto especial, todas las acrobacias, los saltos accidentes que se observan son pura y dura realidad. Lo que parece increíble.
Otra anécdota que se recuerda de esta película está en el hecho de que su estreno en los Estados Unidos se hizo previo doblaje ya que a la productora le parecía que, o bien los espectadores no entenderían el acento australiano, o bien le restaría credibilidad al filme.
En todo caso la aportación de esta película a la cultura popular es indiscutible, habiendo dado, incluso un concepto muy de moda últimamente: El futuro madmaxiano, que es la opinión de que el final de la era del petróleo conducirá a un colapso económico y social en nuestra civilización… Esperemos que no.