Billy Wilder y Marilyn Monroe: una relación muy particular
¡Qué dos grandes personajes míticos del cine son Billy Wilder y Marilyn Monroe! Son la quinta esencia del glamour de aquellos dorados años 50 hollywoodienses; la perfecta imagen de cuanto se movía tras el celuloide, símbolos de unos años en que quedaron grabados para la eternidad los nombres de grandes actores, actrices y directores: Clark Gable, Cary Grant, Audrey Hepburn, Katharine Hepburn, Marlon Brando, Paul Newman, Orson Welles, Alfred Hitchcock o los mencionados Billy Wilder y Marilyn Monroe.
Ambos trabajaron juntos en dos de las más grandes películas de aquella época: «La tentación vive arriba«, donde Marilyn explotó su vena cómica y sobre todo, atractiva, y en la hilarante «Con faldas y a lo loco«, para muchos la mejor película cómica de la historia del cine.
El mismo Wilder catalogó a Marilyn como la mejor actriz cómica con la que había trabajado, lejos de esa imagen nostálgica, soñadora y triste que todos guardamos de ella. Sin embargo, y a pesar de su admiración por ella, también hubo de reconocer que trabajar con ella fue de lo más arduo y complejo que había hecho a lo largo de su vida profesional. Y es que Marilyn Monroe tenía un carácter ambivalente y complejo que no todos sabían manejar (y si no, que se lo pregunten a Laurencia Olivier, que la dirigió en «El príncipe y la corista», en un infernal ambiente de rodaje).
De la relación de ambos, Billy Wilder y Monroe, surgieron bastantes anécdotas que a buen seguro arrancarían la sonrisa a más de un nostálgico del cine. Frases geniales por las que el propio Wilder era famoso pero que reflejaban de modo claro el comportamiento de la gran diva del cine.
Famosa era su impuntualidad en todos los rodajes, por ejemplo, cosa que desesperaba a todos sus directores y compañeros de reparto. Pero el genial director se lo tomaba con humor: «Sobre la impuntualidad de Marilyn debo decir que tengo una vieja tía en Viena que estaría en el plató cada mañana a las seis y sería capaz de recitar los diálogos incluso al revés. Pero, ¿quién querría verla?… Además, mientras esperamos a Marilyn Monroe todo el equipo, no perdemos totalmente el tiempo… Yo, sin ir más lejos, tuve la oportunidad de leer Guerra y Paz, y Los Miserables.»
Pero esa impuntualidad, en palabras de Wilder, se compensaban con su genialidad interpretativa: «Marilyn no necesita lecciones de interpretación; lo que necesita es ir al colegio Omega, en Suiza, donde dan cursos de puntualidad superior«.
Y es que como os decía más arriba, el director la admiraba profundamente, tanto por su don en la interpretación cómica («Marilyn era un absoluto genio como actriz cómica, con un sentido extraordinario para los diálogos cómicos. Tenía ese don. Nunca después he vuelto a encontrar una actriz así«) como por su físico («Marilyn Monroe era de carne, y se fotografiaba de carne. Tenías la impresión de que bastaba con alargar la mano para poder tocarla.«)
Pero aparte de su admiración, fue de los pocos directores que supo comprenderla y profundizar un poco en su solitario carácter: «El problema de Marilyn es que se enamoraba con mucha rapidez. No era la clase de mujer que se supone que debe ser un símbolo sexual, y eso la mató… Marilyn era una mezcla de pena, amor, soledad y confusión.»
Aún así, a pesar de sus retrasos, de su solitaria manera de ser, de su profunda tristeza interior, y a pesar de sus sarcasmos («Me han preguntado si volveré a trabajar con Marilyn Monroe, y tengo una respuesta clara. Lo he discutido con mi médico, mi psiquiatra y mi contable, y todos me han dicho que soy demasiado viejo y demasiado rico para someterme de nuevo a una prueba semejante«) Billy Wilder siempre le estará agradecido por aquellos días de trabajo en común…
«Existen más libros sobre Marilyn Monroe que sobre la II Guerra Mundial. Hay cierta semejanza entre las dos: era el infierno, pero valía la pena«
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